29 de junio de 2012

LA SEXUALIDAD EN EL CINE: 1970-1980



Nuevamente entra en escena la inocencia, contrastada con la realidad de las drogas y de la sociedad sexual antes del SIDA, la decadencia del studio 54, así como el auge de la pornografía son temas que no son tratados por Hollywood, que prefiere mantener esos temas al margen.
El rol masculino disminuye en importancia, mientras que a la par, las mujeres empiezan a lograr, al menos en teoría, una cierta igualdad. Físicamente hombres y mujeres, como ideales de belleza, adelgazan y se vuelven estilizados y bonitos.
En esta década surgen dos modelos masculinos claramente diferenciados, uno un tanto feminizado y unisex, resabio de fines de los sesenta tipo Timothy Bottoms o Ryan O´Neill.
Por otra parte, se observa al macho man, una suerte de latin lover de patillas, bigotes, cadenas de oro, pelo en pecho y demás  elementos, que estrafalariamente expelían testosterona tipo Burt Reynolds. Los primeros enamoraban con su manera de ser y su femenina humanidad, eran los buenos amigos ideales de las mujeres. Los segundos conquistaban los corazones y representaban la desenfrenada pasión animal.
En el caso del modelo femenino, las mujeres, todas delgadas y desprovistas de grandes atributos físicos, eran inocentes, pero que sin embargo, podían ayudar activamente a sus compañeros a alcanzar sus corazones. Se trata de una mujer, que mayoritariamente empieza a asistir a las universidades y a acceder paulatinamente a puestos laborales cada vez más elevados. Aquellas que quieran tratar de lograr el pastoril y bucólico amor, lo encontrarán en unos, y las que deseen pasión, en otros.
La relación entre varones y mujeres, sigue perdiendo su carácter estereotipado, volviéndose cada vez más realista. Es muy común que ciertos elementos, antes temas centrales de los films, como los divorcios, ahora formen parte del "background" de los protagonistas.
A diferencia de lo sucedido en las dos guerras mundiales, Estados Unidos perdió la guerra de Vietnam, y durante los años siguientes, la sociedad trató de devolverle la inocencia a una generación expuesta al drama.
En "La vida íntima de un estudiante", vemos a un Timothy Bottoms que estudia derecho, mientras mantiene una relación sentimental con Linsay Wagner, hija del profesor más complicado de la universidad, que viene llegando de Europa y se encuentra tramitando su separación.
Para él, y los de su generación yuppie, la obtención de un título universitario, que les consiguiera el éxito, es superior incluso a la vida afectiva. El sacrificio individual, pareciera ser el único camino para la consecución de la felicidad. Sin embargo, con el paso del tiempo, va poniendo las cosas en perspectiva, se da cuenta que el profesor a quien él tanto admira es un pobre viejo infeliz, con una vida vacía. De pronto, las cosas por las que se había luchado tanto tiempo pierden el sentido. Sólo es importante el amor, lo demás es accesorio.
En la misma línea "Love Story" se transforma en el ideal colectivo de una verdadera relación de pareja: donde el amor supera cualquier barrera (salvo la muerte)… o, como decía su eslogan: "amor es nunca tener que pedir perdón".  Esta película es una clara reacción de los estudios para competir "ante la mugre pornográfica y sórdida proveniente de Europa" (en opinión de Shirley Temple).
Él (Ryan O´Neill), hijo de un acaudalado magnate, lo deja todo por el amor de una sencilla mujer, con la cual se casa y se van a vivir juntos a un modesto departamento. Sin embargo, ella padece de una enfermedad fatal, y el sino de la tragedia se cierne sobre ellos acabando con su felicidad.
Rupturista y controversial, surge en 1973 "El último tango en París", donde Marlon Brando conoce a una joven francesa (María Schneider) en un departamento y entre ellos surge una relación basada exclusivamente en la pasión. Se trata de la antítesis de "Love Story", se trata de la relación anti-ideal de los setenta, es el cómo no se debe ser ni relacionarse. Sin nombres, son puro misterio y desenfreno. Se reúnen en torno a un mísero colchón en el departamento vacío, en donde tienen relaciones sexuales con pasión, innovadoras y frecuentes. Cero romanticismo, cero posibilidad de éxito, esta relación, por tanto, está condenada al fracaso. Con posterioridad a que ella se le declarara, Brando decide abrirle el corazón y le cuenta quién es, qué hace y que la ama. Ahí se presenta un vuelco en la relación, ella, que había sido la que lo había buscado, ahora se aleja ante la cercanía de él. Ella se enamoró de un hombre desconocido y misterioso, sin nombre ni profesión, buen amante, y que la obligaba a hacer el amor de maneras que no quería (o no lo admitía) o no se le había ocurrido. De pronto se encuentra con un viejo viudo (cuya esposa tenía un amante y se suicidó) con problemas en la próstata, dueño de un hotelucho, un fracasado. Se acaba el misterio, pierde toda la gracia y ella lo mata de un tiro.
En esta década, aparece una nueva niña erótica, Brooke Shields, quien desde los 10 años había estado posando desnuda en una tina, representa a una niña que vive y trabaja en un burdel, y en otra ocasión sufre un naufragio y vive, en un principio, inocentemente a solas con un joven de su edad ("El lago azul"), para después experimentar una vida sexual activa y ser madre.
En "Los chicos de la banda", es la primera vez en que hombres gay se miraban a sí mismos de manera seria. El homosexual estaba dejando de ser un personaje puesto únicamente para agregar hilaridad, una víctima o un victimario.

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