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4 de mayo de 2011

INFORMACIÓN SOBRE LA MASTURBACIÓN INFANTIL

-La autoexploración es una experiencia fundamental para una sexualidad saludable: A partir de los 2 años de edad, e incluso antes, la exploración genital por parte de los niños en su propio cuerpo es totalmente normal. Incluso la masturbación es algo que se puede detectar a la más temprana edad. Toda exploración genital esta asociada al descubrimiento del placer. Desde que descubren la zona genital los niños pasan a conocer sensaciones placenteras, y en muchos casos, empiezan a recurrir a ellas como alivio a su tensión, a la soledad, etc.
-La masturbación infantil: La masturbación es una forma de autoerotismo a través de la cual se obtiene placer sexual mediante la manipulación directa de los genitales, sea frotándolos o rozándolos con otra superficie como almohadas, la cama, el agua de la ducha, etc. La autoexploración es una experiencia fundamental para una sexualidad saludable. La actitud de los padres en estas situaciones debe ser la más relajada y natural posible. Nada de castigos ni regañas. Si algún padre castiga o regaña a su hijo por masturbarse, estará vinculando la sexualidad de su hijo a lo malo, a lo prohibido, y a lo feo. El niño se sentirá culpado por practicar este hábito. La mejor forma de intervenir más que nada para que el niño no se haga daño y no expone su placer íntimo a los demás, es tratar de explicarle con un lenguaje claro, que ese placer es parte de su propia intimidad y que entonces debería ser hecha en un lugar seguro, privado, con las manos limpias, en un sitio limpio, y no en publico ni delante de los demás.
Los niños se masturban desde los 18 meses de edad
-La masturbación es muy común entre los niños: Los niños a menudo comienzan a masturbarse a los 18 meses de edad. Se estabiliza cuando los niños llegan a los 3 o 5 años y luego disminuye en frecuencia hasta la pubertad. Los niños se masturban por placer, para tranquilizarse, o simplemente para explorarse. Se masturban como parte de la curiosidad natural que sienten por su cuerpo. Para reducir la masturbación en lugares públicos, hay que educar al niño explicándole que "está bien que hagas eso en tu cuarto o en el baño, pero no en lugares donde haya personas no conocidas". Y dándole opciones. Trata de distraerlo sugiriéndole y llamando su atención para que haga otra cosa. Si tu hijo se masturba en la escuela, ponte de acuerdo con la educadora. Es necesario compartir acciones con la educadora para tratar la conducta. Es poco común y muy raro que los hábitos de masturbación de los niños puedan indicar problemas. En todo caso es necesario buscar ayuda de un pediatra si la conducta de tu hijo está interfiriendo en las interacciones sociales, si el niño continúa y encima disfruta llamando la atención masturbándose en público, si los padres piensan que el niño tenga alguna infección o irritación en los órganos genitales, o si la masturbación es constante.Fuente:guiainfantil.com

2 de mayo de 2011

LA IMPORTANCIA DE LA EDUCACIÓN SEXUAL EN LA INFANCIA

Desde la visión de la vida sexual del ser humano como algo flexible, cambiante y en permanente proceso de transformación, se capta en toda su hondura la realidad del hecho sexual. La sexualidad no tiene una sola función, ni es algo particular de un periodo de la vida del ser humano. No es algo rígido desde que nacemos hasta nuestra muerte. Cada etapa de nuestra vida tiene sus peculiaridades y la sexualidad no es ajena a esta realidad. Por ello, una visión positiva, enriquecedora y responsable de las bondades del sexo permite disfrutar de lo bueno de nuestra sexualidad en cada uno de los periodos de la vida.
La infancia, a la que se ha considerado un periodo asexuado de la vida tiene, por el contrario, una gran importancia en la formación del ser sexuado. Cuando nacen, la niña y el niño tienen un patrón de conducta sexual poco diferenciado. A excepción de los órganos genitales, distintos en cada sexo, el comportamiento motor y sensorial es semejante en ambos.
En este periodo, que se prolonga desde el nacimiento a la adolescencia, se producen una serie de cambios físicos y psíquicos que constituyen el desarrollo. Para comprender esta etapa como génesis de la sexualidad humana hay que tener en cuenta los siguientes aspectos:
- El ser humano nace con unas estructuras centrales activas que son determinantes de la frecuencia, la forma y la orientación de la conducta sexual. Estas estructuras se relacionan y adaptan a la realidad externa y al sujeto.
- El desarrollo sexual es fruto de la persona y de su modo de actuar, de la relación con su medio y de las circunstancias que de él emanan.
- En paralelo con los aspectos biológicos con los que nacemos, comienzan a influirnos una serie de determinantes externos al sujeto y cambiantes en el tiempo. Entre ellos podemos hablar de factores culturales, religiosos, ideológicos y sociales. Se manifiestan a través de las pautas de crianza y criterios educativos referidos al dimorfismo sexual (el hecho de que en la especie animal humana hay dos sexo, el femenino y el masculino), con una marcada influencia en la diferenciación psicosexual entre niñas y niños. Por ello podemos considerar de un modo genérico que el desarrollo sexual es consecuencia de la interacción del sujeto (formado por su cuerpo y su psique), su medio socio-cultural y los acontecimientos que vaya experimentando.
Características propias de esta etapa
La sexualidad infantil tiene una serie de características que la hacen diferente a la de otras etapas de la vida:
- La sexualidad en las etapas posteriores de la vida va a tener su base en la sexualidad infantil.
- Lo genital no tiene importancia en esta etapa.
- Los aspectos sociales y afectivos asociados a lo sexual tienen una gran relevancia.
- Los juegos sexuales de este periodo se basan en la enorme curiosidad y la tendencia a imitar que le son propias.
- Las expresiones de la sexualidad en esta etapa reflejan las necesidades del propio desarrollo.
- El que se puedan establecer vínculos afectivos satisfactorios en este periodo va a facilitar un referente para un desarrollo armónico en la edad adulta.
- Las preferencias sexuales no están determinadas.

-Primer año de vida: En este periodo la relación entre el bebé y su madre tiene un efecto modelador de enorme importancia. Hay autores que hablan de que la vinculación en el contacto, el apego y la separación van a constituir el núcleo de la personalidad y la sexualidad del sujeto en el futuro.


-De los 2 a los 6 años: En esta etapa de la vida del niño y la niña hay una serie de cambios fundamentales (motores e intelectuales) para su desarrollo en general y que tendrán un significado especial para el desarrollo sexual:
- El control de esfínteres y el modo de afrontar los padres y madres las circunstancias que los rodean puede influir en el desarrollo de la sexualidad del adulto.
- Los problemas de celos y su superación le van a permitir ver el mundo de las relaciones de modo menos egocéntrico y aprender que compartir no es perder, sino ganar.
- La curiosidad que siente en esta etapa se hace extensiva también a su sexualidad. De ahí que podamos hablar de curiosidad informativa hacia el mundo que le rodea, curiosidad por lo físico y lo emocional, y también en el plano sexual. El niño explora su propio cuerpo y las sensaciones que va percibiendo. Aquí se corre el riesgo de que la actitud de los adultos no sea colaboradora. Deben evitarse los gestos de desaprobación, los silencios o la incomodidad, porque se convierten en un cúmulo de mensajes para los niños y las niñas que influyen de manera notable en la percepción que tendrán sobre su cuerpo. Es evidente que el niño o la niña van a sentir curiosidad por el otro u otra. Querrán investigar en las diferencias físicas; aparecen conductas que se pueden denominar como voyeuristas (mirar) y exhibicionistas (mostrarse). Comienzan los juegos en los que los/as niños/as imitan conductas de marcado carácter sexual, que ven en su entorno, en la televisión etc. Incluso en los últimos años de esta etapa co mienzan las actividades autoexploratorias y autoestimulatorias que pueden generar angustia en los mayores y provocar reacciones reprobatorias hacia el menor si no se contemplan como naturales y no se juzgan ni se intentan corregir. En esta etapa tiene una especial importancia el proceso de identificación e imitación de modelos de conducta sexual, que comienzan a definir las actitudes ante la sexualidad y los modos de relacionarse en los planos erótico y afectivo.


-De los 7 a los 10 años: En este periodo el niño y la niña son más autónomos, se manejan mejor en el mundo real y conocen su identidad sexual. Por otra parte, la escuela adquiere una mayor importancia en su desarrollo, aunque de poco sirve en esta disciplina si el mundo académico continúa sin aportar ningún tipo de educación sexual reglada. Es un periodo en el que las prohibiciones en todo lo concerniente a lo corporal y a lo sexual se hacen mucho más explícitas. De ahí que las conductas sexuales se hagan menos espontáneas y abiertas, sean más sutiles y ocultas, y logren pasar desapercibidas a ojos de los adultos. De manera errónea, estas conductas pueden llevar a considerar esta etapa como de desinterés sexual o periodo de latencia. Sin embargo, persisten los juegos sexuales, que, aunque adquieren unas motivaciones añadidas, parten de la curiosidad como elemento básico. El niño y la niña se afirman en lo que conocen por observación de la conducta de los adultos; son conscientes de las sensaciones físicas y emocionales asociad as al contacto y la cercanía física; experimentan la excitación sexual y la relación afectivo-sexual con su grupo de iguales. Por ello, las actitudes de reprobación o castigo por su curiosidad pueden tener una influencia negativa en el desarrollo posterior de la esfera psico-sexual de la persona.


Fuente: consumer.es
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