La identidad masculina es algo que se construye a través de un proceso de aprendizaje. Antes del nacimiento la familia, y el contexto que rodea a los futuros bebés ya tiene expectativas que más tarde transmitirá a los niños. Mas tarde, después del nacimiento la familia, la escuela, los amigos, el barrio, el contexto en general moldea sus conductas, de manera que se le refuerzan las conductas que se adecuan al modelo imperante de masculinidad, mientras que se reprimen las que no concuerdan con su sexo, es decir las femeninas.
En la construcción de la identidad pueden verse características del modelo patriarcal hegemónico, por lo que no se puede entender el concepto de masculinidad, si no es a través del contexto sociocultural, histórico y económico.
Pero el proceso de creación de la identidad masculina no acaba en la infancia, continua a lo largo de toda la vida, de manera que la gran mayoría de los hombres intentan adecuarse al modelo de varón, que en gran parte, se trata de alejarse del concepto de feminidad lo más posible, así cuanto más alejado de lo femenino, más masculino se considera.
La diferenciación es una de las características más contundentes del desarrollo de la masculinidad, ya que desde pequeños aprenden a ser diferente de la persona con la que más contacto tienen: la madre; este es un importante factor a destacar, el que la masculinidad se construya en oposición a las mujeres, nos da a entender, que lo femenino es malo y poco digno de poder, lo que está haciendo que muchas mujeres, para poder alcanzar cierto estatus de poder, estén renunciando a determinadas características que se consideran femeninas.
Otra característica importante en el desarrollo de esta identidad es la necesidad de ganar la masculinidad, de hacerse hombres, algo que se tienen que conseguir por medio de la lucha del sufrimiento y de la competición.
Otra característica importante en el desarrollo de esta identidad es la necesidad de ganar la masculinidad, de hacerse hombres, algo que se tienen que conseguir por medio de la lucha del sufrimiento y de la competición.
El carácter sociocultural de la identidad masculina, nos hace entender, que este concepto puede ser cambiado, para alcanzar una sociedad más justa. Estos procesos de cambios en la masculinidad patriarcal, se dan lugar a nivel personal y social, como muestra de estos últimos tenemos a los grupos de hombres que buscan compartir aquellas inquietudes que difícilmente surgen en conversaciones con otros varones; en estos se cuestiona la masculinidad tradicional y se analiza de una manera crítica, se toma conciencia de la necesidad de crear nuevas formas de relación entre hombres y mujeres.
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