Lo primero que hay que saber es que el SIDA es una etapa avanzada de la infección por el Virus de lnmunodeficiencia Humana (VIH). Por eso lo correcto es hablar de la infección VIH-SlDA sabiendo que es un proceso. Este virus deja sin defensas al organismo: concretamente mata a las células encargadas de defendernos de las enfermedades. Puede afectar a cualquier persona que no tome medidas preventivas y, por el momento, es incurable.
Se ha demostrado científicamente que los contactos de la vida cotidiana no transmiten el VIH: no se transmite por abrazar, besar, compartir vasos y cubiertos, intercambiar ropa con una persona infectada; tampoco por compartir el lugar de trabajo o el mismo baño. Los insectos no lo transmiten. El sudor o las lágrimas de quienes padecen esta infección tampoco. En una palabra, querer y apoyar a una persona infectada no trae riesgos, al contrario, tiene efectos positivos en su salud y en quienes le rodean.
Los que rechazan y discriminan a los portadores del VIH-SIDA ignoran las verdaderas características de la enfermedad. Estar informado sobre los modos en que sí se transmite es el primer paso para la prevención.
Las tres formas o vías de transmisión son:
-Transmisión sexual: A través del intercambio de semen y secreciones vaginales, durante todo tipo de relación sexual con una persona infectada por el VIH, sin preservativo.
-Transmisión sanguínea: Cuando la sangre de una persona infectada por el VIH se pone en contacto con nuestra sangre.
-Transmisión madre-hijo: Las mujeres infectadas pueden transmitir el virus a su hijo mientras está en el vientre, en el momento del parto, o durante la lactancia.
Como ya dijimos, el SIDA es una etapa avanzada de la infección que produce el VIH. Por eso, podemos estar infectados por el VIH -o sea, ser portadores del virus- y, todavía, no haber desarrollado el SIDA. Desde que el virus entra en el cuerpo hasta que aparecen los síntomas pueden pasar muchos años. Justamente, la palabra SIDA significa Síndrome de InmunoDeficiencia Adquirida. Es decir que uno ha desarrollado el SIDA cuando presenta un conjunto de signos y síntomas (Síndrome) que indican que sus defensas están disminuidas (Inmuno Deficiencia) porque se contrajo el virus (Adquirida).
Cuando se llega a esta etapa aparecen las llamadas "enfermedades colaterales", que se desarrollan aprovechando la caída de las defensas. Las más frecuentes son las afecciones pulmonares, de la piel, y diversos tipos de cáncer. A ello se suman los efectos directos del virus en el organismo, que incluyen trastornos del sistema nervioso y del aparato digestivo. Cuando la persona que vive con VIH desarrolla estas afecciones se la considera enferma de SIDA.
Si creemos haber estado realmente en alguna situación de riesgo, porque mantuvimos relaciones sexuales sin profiláctico con alguien que no sabemos si está infectado, o compartimos una jeringa, o recibimos una transfusión no debidamente controlada y deseamos averiguar si estamos infectados o no, es posible recurrir al centro de salud u hospital público más cercano, o a un médico particular, para realizar los estudios correspondientes.
Las primeras pruebas que suelen hacerse sirven para detectar los anticuerpos generados por el organismo para defenderse del VIH. Si hay anticuerpos, hay virus. Hay una primera etapa de la infección, alrededor de tres meses, en que la cantidad de anticuerpos generados por el organismo no es detectable por las pruebas - es el llamado "período ventana"-, por lo que se recomienda, si da negativo, volver a hacerlo tres meses después para confirmar el resultado.
No se deben confundir estas pruebas con las de "carga viral", que miden la cantidad de virus presente en la sangre y no se utilizan para el diagnóstico sino para supervisar el tratamiento de los pacientes con VIH o SIDA. El resultado de las pruebas es confidencial
Hay tratamientos que, aunque no eliminan el virus, tienden a detener su multiplicación y a frenar la destrucción de las células productoras de defensas. Por lo tanto retrasan el comienzo de las enfermedades.
En los últimos años, estos tratamientos han progresado mucho logrando una mejor calidad de vida de los pacientes. Sin embargo, dado que su aplicación es muy reciente, no se pueden hacer pronósticos a largo plazo. Las leyes nacionales establecen que, en los hospitales públicos, las obras sociales y las prepagas médicas se deben brindar estos tratamientos sin costo adicional alguno.
Desgraciadamente, la investigación referida a la vacuna anti-VIH no avanza con la misma rapidez que la de los tratamientos. Es muy complicado por la cantidad y tipo de pruebas que requiere. Además, dado que el virus va cambiando (mutando), no se puede afirmar que la vacuna lograda sea totalmente útil en el momento de su aplicación. Por lo tanto, la prevención es la única herramienta con que contamos en la actualidad para no infectarnos ni infectar.