Algunos artículos atrás, hemos comenzado a hablar acerca de las enfermedades de trasmisión sexual (ETS) más populares y más frecuentes, de mayor incidencia, tanto en jóvenes como en adultos, haciendo hincapié en la prevención y su tratamiento a través de los medios que la medicina nos provee en la actualidad.
En este artículo, compartiremos con ustedes información acerca de lo que popularmente se conoce como “ladillas”, un insecto que se contagia por contacto sexual, estrechamente relacionado con las enfermedades de transmisión sexual, no siendo concretamente una enfermedad.
Como hemos dicho en los párrafos anteriores, las ladillas son insectos que se contagian en los seres humanos a través del contacto genital, a través del vello púbico (de ahí su nombre científico).
También, aunque en casos menos frecuentes, las ladillas pueden permanecer en la ropa, y contagiarse también por esta vía. Estos insectos son visibles a simple vista y suelen poner huevos en los vellos del pubis, que también pueden verse.
Contrariamente a lo que se cree, las ladillas no causan lesiones en la piel. Sin embargo, producen fuertes picores característicos. Es muy importante no rascarse ya que puede ocasionarse una infección, sobre todo si las uñas están sucias.
El tratamiento para las ladillas normalmente se hace con shampoo especiales, a base de hexacloro benceno. Lo recomendable es frotar la zona púbica con este shampoo, pero sin aplicar agua (debe hacerse en seco). Esperar no menos de 5 minutos y luego, con un peine fino (como el de los piojos), eliminar los huevos que estén alojados en los vellos.
Lavar la ropa interior a temperaturas elevadas y repetir el proceso anterior una vez a la semana, en caso de que la primera vez no sea suficiente.
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