Paralelamente, otro ensayo desarrollado por un urólogo y sexólogo colombiano Alonso Acuña, detectó que la causa principal para simular el orgasmo era lo que se denomina simulación por Síndrome de Eyaculación Inhibida, un trastorno que impide llegar al orgasmo (puede ser por diversas causas: edad, ansiedad, alcohol o segundo coito sin eyaculación). Otras causas menos frecuentes fueron:
•presumir potencia sexual: dicen haber eyaculado cuando ella llega al orgasmo y luego van por un segundo coito o fingen el segundo orgasmo porque no son capaces de alcanzarlo.
•ahorrar energía: para utilizarla con alguna amante (o a la inversa, fingen con la amante para utilizarlo con su mujer) o para masturbarse, por ejemplo.
•temor al embarazo.
•ir en búsqueda del orgasmo simultáneo.
•incapacidad de la compañera de llegar al orgasmo.
En síntesis, la causa que subyace a un engaño de este tipo se relaciona con un temor o una incapacidad de comunicarse, una paradoja si tenemos en cuenta que la comunicación es una de las bases fundamentales de cualquier relación sexual, por esporádica que sea.
En el caso del hombre, además, se suma la presión que agrega cierta idea popular machista de que un hombre siempre está preparado para eyacular, en cualquier momento y bajo cualquier circunstancia. Tú sabes que esto no es así.
Entonces, ¿por qué no te quitas los miedos y las presiones? La clave es la comunicación. Anímate a hablar con tu compañera y anímala a ella también a que te cuente cuáles son sus preocupaciones o inhibiciones en la cama. El hablar con sinceridad al respecto los ayudará a los dos a mejorar en la intimidad y a disfrutar más del sexo y del acto sexual sin tener que fingir.
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