Padecer un infarto es una de las cosas más desagradables en esta vida y, pese a que la mayoría de pacientes pueden reanudar su actividad sexual sin problemas después de ese suceso cardiovascular, por una cosa o por otra muchos de ellos no lo hacen.
Se dice que una de las causas por las que se deja de tener sexo después del infarto es el miedo que sufre el paciente, y que, de acuerdo a las estadísticas de varios estudios, produce que se disminuyan los coitos entre un 30 y un 70%.
Si bien es cierto que un infarto suele dejar alguna huella negativa en la vida sexual de quien lo sufre, también lo es que la mayoría de los post-infartados podrían retomar sus relaciones íntimas sin mayores problemas.
Recordemos que no sólo son los hombres quienes pueden tener estos miedos, sino que también se hallan presentes en las mujeres, y así han sido documentados. Además, la propia pareja del afectado también puede demostrar temor a retomar sus relaciones puesto que les preocupa el hecho de que el afectado muera durante el acto sexual.
Pero, ¿tienen fundamento todos estos temores? Lo cierto es que, en la mayoría de casos, no.
Es más, excepto que nuestro médico dictamine lo contrario, el sexo resulta favorable para el corazón, dado que se debe considerar como cualquier otro tipo de actividad física que beneficia al sistema cardiovascular.
Para restar preocupaciones al paciente, lo normal es que el especialista le haga pasar por una prueba de esfuerzo que determine la nulidad de algunas características como por ejemplo la isquemia, que en caso de que se confirme su existencia, puede llegar a desaconsejar la práctica coital.
En cuanto al plazo de recuperación después de un episodio cardíaco serio como el infarto, se establece entre las 2 y las 4 semanas, período después del cual se pueden volver a mantener relaciones íntimas, excepto que el médico aconseje lo contrario.
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