
-Un exceso de broceado.
-Aparición de arrugas en la piel.
-Intensa ansiedad por no poder asistir a una sesión de bronceado.
-Piel deshidratada.
-Pensar que se posee un tono pálido de piel.
-Competir con diversas personas para ver quién se encuentra más bronceado.
-No aceptar el color de su piel.
Tal vez, el estar bronceada se ha vuelto un hábito muy común entre las mujeres de esta época. No voy a negar que tener una piel morena puede ser fabuloso. Pero siempre se debe tener en cuenta que ningún extremo es bueno, y más bien, nos puede traer más preocupaciones a nuestra vida ya que uno de los mayores problemas que puede presentar la tanorexia es el cáncer de piel.
Fuentes: CosasDeSalud, BlogBelleza.
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