El Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida es una enfermedad infecciosa crónica que destruye las defensas del organismo exponiéndolo a múltiples infecciones que pueden ser desde leves hasta muy graves.
Lo produce un virus llamado VIH que afecta al sistema inmunológico del organismo. Disminuye la capacidad de defensa ante los microbios que producen las enfermedades. Existen 2 tipos diferentes: El VIH-1 y el VIH-2.
El sistemas inmunológicos defiende nuestro organismo de los agentes externos (fundamentalmente bacterias y virus) que producen las enfermedades infecciosas. Este sistema impide también el desarrollo de cánceres. Está compuesto por células procedentes de los órganos linforreticulares: médula ósea, timo, bazo, ganglios linfáticos y agregados linfoides. Dichos órganos se encargan de producir las células de defensa B y T, que a su vez se encuentran en la sangre y se conocen como glóbulos blancos, leucocitos o más específicamente linfocitos B y T que se encuentran permanentemente en los órganos linfáticos. Los linfocitos T y los linfocitos B, tienen distintas funciones, a los primeros les corresponde la inmunidad celular y a los segundos la producción de anticuerpos (inmunidad humoral). Un subtipo de linfocitos T, los linfocitos T4, actúan dirigiendo las operaciones de defensa. por lo que son de vital importancia. Cuando un microorganismo entra al organismo es identificado por los linfocitos T4, que activan a los linfocitos T y B e inician el proceso inmunológico del cuerpo. Los linfocitos T atacan directamente a los agentes extraños, mientras que los linfocitos B producen unas sustancias llamadas anticuerpos que actúan sobre él y lo destruyen. Los anticuerpos son específicos para cada microbio; por lo que su presencia en el organismo indica que éste ha estado en contacto con el microorganismo en cuestión. El SIDA aparece tras un largo periodo de destrucción progresiva de los linfocitos T4 por la infección viral.
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