
De modo similar al gonococo, esta infección cursa con uretritis, inflamación de cuello uterino, enfermedad inflamatoria pélvica, epididimitis, etc. Puede también ser asintomática, en especial si la persona afectada es una mujer. Se observa sobre todo entre las mujeres de 15 a 20 años. A partir de los 30 años desciende la afección debido a que a esa edad la diana sobre la que se fija y trasmite la bacteria, que es el epitelio columnar de la mucosa vaginal, es reemplazada por el epitelio escamoso.
Como en la gonococia, los síntomas son más reconocibles en el hombre que en la mujer, pero en ocasiones son difíciles de apreciar.
Si no se trata puede producir complicaciones. En el caso del hombre puede generar esterilidad o inflamación de los conductos espermáticos. En el de la mujer, inflamación pélvica, obstrucción de las trompas de Falopio y esterilidad. El tratamiento se realiza con antibióticos, principalmente con macrólidos (azitromicina) y con tetraciclinas (doxiclina).
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