Las drogas producen un efecto fatídico en las relaciones sexuales. Por tanto, esta mezcla es simplemente, imposible. O posible pero con resultados devastadores.
"Se piensa que normalmente, las personas que consumen drogas tienen una mayor disposición a responder de forma positiva ante estímulos sexuales, y en diversas investigaciones se ha descubierto que no es así, que las personas consumidoras son más erotofóbicas (rechazo al sexo) que las personas que no consumen", asegura Francisco Javier del Río, psicólogo y metodólogo del Instituto Andaluz (España) de Sexología y Psicología.
Hace más de un año, otro estudio publicado en la revista científica The Journal Sexual of Medicine, reflejaba que las drogas empeoran el funcionamiento sexual de los varones y sus efectos persisten incluso después de años de abstinencia. Algo que rebatía otras investigaciones que mantenían que, a las tres semanas de abandonar el consumo, el funcionamiento sexual volvía espontáneamente a su nivel normal.
Las drogas afectan a distintas fases de la respuesta sexual, deseo, excitación y orgasmo, y provocarán diferentes disfunciones sexuales dependiendo tanto de la sustancia que se ingiera como de su hábito de consumo. Sin duda, la sustancia más perjudicial para el sexo es la heroína porque es la que provoca una mayor dependencia física, por ser la que precisamente estimula una mayor necesidad de consumo diario.
Del mismo modo, avisa el especialista, el alcohol es otra sustancia de similares características y es también de las más perjudiciales para el sexo. En relación al cannabis, su uso esporádico no suele tener efectos significativos en la sexualidad, aunque muchas mujeres se quejan de sequedad vaginal. Sin embargo, su consumo a largo plazo puede afectar a la secreción de hormonas, sobre todo la testosterona.
No hay comentarios:
Publicar un comentario