12 de julio de 2013

¿PORQUÉ LAS MUJERES PIERDEN LA LÍBIDO?

Hay varias condiciones médicas que disminuyen el deseo sexual, como la depresión, el estrés y la fatiga. Hay otras condiciones orgánicas más serias, que también producen alteraciones sexuales en la mujer, como enfermedades de la glándula endocrina llamada pituitaria, que produce cantidades elevadas de prolactina, una hormona que afecta directamente el deseo sexual. Hay otras condiciones patológicas que también alteran dicha hormona como la cirrosis y el tratamiento con ciertos medicamentos (sedantes, narcóticos, antidepresivos, etc.).
La testosterona, aunque es una hormona de los hombres, juega un papel importante en el estímulo sexual femenino, pues la mujer la produce en pequeñas cantidades en los ovarios y en las glándulas adrenales, si hay por ejemplo disminución de éstos andrógenos por resección quirúrgica de ambos ovarios, histerectomía (resección quirúrgica de la "matriz") o quimioterapia, puede haber disminución del deseo sexual.
Además, hay cambios en el patrón hormonal a través de los diferentes estadíos de la vida, que dan como resultado disminución del deseo sexual. Por ejemplo, hay disminución de la líbido en los días previos a la menstruación, posterior al nacimiento de un hijo o en las cercanías de la menopausia. De otra parte, ciertos medicamentos también la disminuyen, como los anticonceptivos orales y, de manera secundaria, retardan la sensación del estímulo sexual y el orgasmo.
Muchos problemas de salud, afectan la anatomía sexual, la cual comprende el sistema vascular, el sistema neurológico y el sistema endocrino, que pueden causar dispareunia (coito difícil o doloroso), causando dolor crónico, fatiga y malestar, por ejemplo infecciones genitales y urinarias.
Hay otras causas mal llamadas "psicológicas" ya que en la actualidad son mejor comprendidas. Hay dificultades en conseguir la estimulación sexual de acuerdo a las etapas de la vida, y es importante entenderlas para no alterar las relaciones de pareja y la estabilidad emocional. Así, muchas mujeres están comprometidas con diferentes quehaceres en la vida diaria, el trabajo, en casa, como amiga, como madre, como esposa y dejan a un lado su papel sexual.
Así mismo, en el puerperio (estado de la mujer depués del parto hasta que su estado general vuelva a aquel previo de la gestación) hay cambios sentimentales, que hacen a la mujer, madre, sintiendo una mayor responsabilidad con su hijo que con la pareja, además de mensajes como "las madres no tienen sexo", disminuyen el deseo sexual en esta etapa de la vida.
Por otra parte, hay muchos mitos con respecto al sexo, de acuerdo a cada cultura, que impiden que la mujer pida ayuda cuando tiene problemas en su satisfacción sexual. Esto conlleva a dificultades en el diálogo con la pareja, de las preferencias de la mujer, haciéndola una receptora pasiva, y no gozando de su sexualidad.

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