Para saber si sus sentimientos son iguales que los tuyos, una de dos, o se lo preguntas directamente o se lo sonsacas con esas armas de mujer.
Preguntas como '¿qué te gusta más de mí?' o '¿por qué te gusta estar conmigo?', pueden darte una idea de si al menos está interesado o no en ti.
Además, si le encanta estar contigo y hablar contigo, no para de llamarte y busca cualquier excusa para estar contigo, pueden ser unas buenas demostraciones de que siente algo por ti.
Así como el amor enriquece a las personas, cuando es compulsivo se convierte en pesadilla. Una pesadilla fruto de la propia inseguridad y del deseo de control y de manipulación.
El amor no es obsesión. No hay que confundir amor con obsesión, tanto por parte tuya como por parte de él.
Si no para de perseguirte, se te aparece de forma inesperada en los lugares más raros, siente celos de cualquier bicho viviente que se acerque a ti, se pelea continuamente contigo sin ningún motivo, no siente control sobre sus emociones, no respeta tu espacio ni tu intimidad, no es capaz de salir sin ti, amenaza con hacerse daño o suicidarse si le dejas... ¡Ojo!, está obsesionado.
Aunque suene a culebrón, esta actitud es más habitual de lo que imaginamos y suele configurar el prototipo de los futuros maltratadores. Así como el amor enriquece a las personas, cuando es compulsivo se convierte en pesadilla. Una pesadilla fruto de la propia inseguridad y del deseo de control y de manipulación. Auténticas bombas de relojería andantes.
Preguntas como '¿qué te gusta más de mí?' o '¿por qué te gusta estar conmigo?', pueden darte una idea de si al menos está interesado o no en ti.
Además, si le encanta estar contigo y hablar contigo, no para de llamarte y busca cualquier excusa para estar contigo, pueden ser unas buenas demostraciones de que siente algo por ti.
Así como el amor enriquece a las personas, cuando es compulsivo se convierte en pesadilla. Una pesadilla fruto de la propia inseguridad y del deseo de control y de manipulación.
El amor no es obsesión. No hay que confundir amor con obsesión, tanto por parte tuya como por parte de él.
Si no para de perseguirte, se te aparece de forma inesperada en los lugares más raros, siente celos de cualquier bicho viviente que se acerque a ti, se pelea continuamente contigo sin ningún motivo, no siente control sobre sus emociones, no respeta tu espacio ni tu intimidad, no es capaz de salir sin ti, amenaza con hacerse daño o suicidarse si le dejas... ¡Ojo!, está obsesionado.
Aunque suene a culebrón, esta actitud es más habitual de lo que imaginamos y suele configurar el prototipo de los futuros maltratadores. Así como el amor enriquece a las personas, cuando es compulsivo se convierte en pesadilla. Una pesadilla fruto de la propia inseguridad y del deseo de control y de manipulación. Auténticas bombas de relojería andantes.
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