Un elemento funcional que debe tener en cuenta es que las erecciones nocturnas, que en todo hombre se presenta durante las fases de sueño acompañado de movimientos oculares rápidos (fase MOR) sobre todo antes de despertarse, son menos frecuentes e intensa según avanza la edad. Este hecho no es notado por muchos hombres aún en su juventud, por lo que su disminución en la madurez no se refiere con frecuencia.
En el anciano y en el hombre maduro predomina la excitación producida por tocamientos y caricias sobre la zona erógenas del cuerpo y la estimulación directa de los genitales .El no lograr la erección satisfactoria total hasta que la compañera le acaricia directamente los genitales constituye una expresión de que en esa etapa predominan los reflejos medulares, y una falta de potencia sexual.
El hombre de edad avanzada puede gozar perfectamente el coito sin llegar necesariamente al orgasmo.
Después de los 60 años se puede eyacular en uno dos de cada tres coitos y esto no ser causa de insatisfacción.
Las necesidades de contacto sexual en hombres mayores de 60 años de edad puede limitarse a una dos veces por semana y ser suficiente para su bienestar.
En los ancianos también puede perderse la llamada fase de inevitabilidad eyaculatoria. Esta fase procede en unos escasos segundos a la eyaculación y en ella el hombre se hace conSciente de que va a eyacular y no lo puede evitar controlar. El anciano puede eyacular sin este aviso, que es producto de la contracción de la musculatura de las vías seminales, pero experimenta la segunda fase del orgasmo sin dificultad.
En el hombre mayor de 50 años disminuye la elevación de los testículos dentro del saco escrotal antes de la eyaculación, por la acción de los músculos.