considerados sagrados, desde una Biblia, un crucifijo o un cáliz.
Este patrón de comportamiento sexual se basa en que la relación sexual no es la que produce el placer sino la actividad que se realiza, en este caso, la profanación de objetos sagrados. Los que padecen esta parafilia disfrutan a nivel sexual tras haber profanado Biblias, cruces, sagrarios, campanas, hostias sagradas...
Otras parafilias relacionadas con la religión serían: la normofilia, en la que la excitación y la consecución del orgasmo se produce por los actos considerados normales por la propia religión; la homiliofilia (del griego omilía: sermón), en la que el placer sexual es obtenido al predicar una religión a una persona fácil de convencer; el onanismo o eyaculación fuera de la vagina, basada en el personaje bíblico de Onán, a quien la Tierra tragó vivo por no haber capitulado ante su cuñada viuda que le había solicitado un descendiente; o la hierofilia, la más cercana a la anofelorastia, que consiste en obtener placer sexual a través de objetos sagrados o religiosos llevándolos consigo o rodeándose de ellos.
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