Un 15 % de las parejas en edad reproductiva tienen problemas para lograr un embarazo, según datos de la Sociedad Española de Fertilidad. Una de las causas es el retraso en la concepción; una investigación del Instituto Francés de Estudios Demográficos señala que una de cada tres mujeres de entre 35 y 39 años no logrará quedarse embarazada aunque lleve más de un año intentándolo. Se estima que alrededor del 40 % de los casos de infertilidad tienen su origen en el hombre, y entre los factores que contribuyen a esta incapacidad del varón destaca la baja movilidad de los espermatozoides. ¿Por qué no 'tunear' los esforzados gametos masculinos para que consigan su objetivo?
Eso es lo que pretende un grupo de investigadores alemanes, que ha desarrollado un minúsculo motor híbrido formado por microhélices de polímeros cubiertos por una capa de metal, un propulsor que transporta a los espermatozoides con problemas de movimiento. Los científicos han usado con éxito su invento para capturar, desplazar y liberar en el punto deseado células sexuales masculinas inmóviles; los experimentos se han realizado en canales rellenos de fluidos que imitan las condiciones naturales.
El dispositivo es una pequeña espiral con la longitud y anchura justas para acoplarse a la cola del espermatozoide sin aprisionar su cabeza. Valiéndose de un campo magnético rotativo inofensivo para los tejidos y las células sexuales, los investigadores han logrado dirigir su invento hacia un espermatozoide al que "atrapa" y dirige al lugar deseado, donde el motor se desprende.
Las pruebas de laboratorio han tenido éxito, pero los científicos reconocen que queda mucho por hacer antes de que resulte viable probar su ingenio en seres humanos. No saben todavía cómo monitorizar el proceso dentro de un organismo, de forma que puedan dirigir al espermatozoide hacia el óvulo; tampoco están seguros de cómo responderá el sistema inmune de la mujer a los micromotores introducidos en su cuerpo; y los propios propulsores tienen aún que mejorarse para no causar ningún daño a los espermatozoides que transportan. Todo apunta a que, de aplicarse, el primer uso de estos micromotores será en la fertilización in vitro, pero el objetivo de los investigadores es que algún día sirvan en el entorno natural del cuerpo humano.
Fuente: www.muyinteresante.es
No hay comentarios:
Publicar un comentario