Los pansexuales, también llamados omnisexuales, se sienten atraídos, por tanto, tanto por hombres y mujeres heterosexuales, lesbianas, gays, así como intersexuales, transexuales, intergéneros... La pansexualidad no es comparable a la bisexualidad, sino que sería una versión más amplia, libre y elemental del amor o de la atracción.
La pansexualidad cuenta con su propia bandera, que fue creada para aumentar la visibilidad y el reconocimiento de esta comunidad. Está formada por tres bandas horizontales de color de rosa, amarillo y azul. El azul representa a aquellos que se identifican dentro del espectro masculino (independientemente de su sexo biológico), el rosa representa aquellos que se identifican dentro del espectro femenino (independientemente de su sexo biológico), y la banda amarilla representa la atracción hacia los géneros no binarios (esto es, los que no se identifican estrictamente con las palabras masculino o femenino) como andrógino, transgénero o intersexual.
El origen de este término se asocia al padre del psicoanálisis, Sigmund Freud, aunque con una asociación distinta a la actual. Según Freud, la pansexualidad era “la impregnación de toda la conducta y la experiencia con emociones sexuales”. En definitiva, todo es sexo.
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