
La piel sensible no se “cura”, es decir no deja de serlo porque se siga un tratamiento específico. Sin embargo, si se emplean los cosméticos faciales y corporales adecuados se puede evitar la irritación, reducir la reactividad exagerada y devolverle el confort a la piel.
-Para el rostro y cuello: Es preferible el desmaquillador que se retira con agua. Aplícalo con movimientos suaves para no alterar la piel. Para acabar la limpieza sustituye el tónico por agua termal, que calma y descongestiona la piel. Todos los días (por la mañana y por la noche) usa una crema hidratante protectora y calmante. En invierno aplica por la noche una emulsión reparadora y nutritiva, que refuerce la unión de las células de la epidermis. Otro cuidado recomendable es emplear dos veces por semana una mascarilla calmante.
-Para el cuerpo: Evita las duchas y los baños con agua muy caliente, así como las sesiones de sauna prolongadas. Sustituye tu gel de baño por una fórmula más suave com la avena y usa un aceite de baño con fórmulas naturales. Para exfoliar tu piel utiliza una esponja natural en lugar de productos o del guante de crin. Y no olvides aplicar una loción corporal específica para pieles sensibles, que hidrate y alivie la tirantez.
-Para el cabello: Si notas tirantez en el cuero cabelludo, lava el pelo con agua tibia, y usa un champú que no contenga sulfatos y no sea indicado para uso frecuente. Mantén hidratada la piel haciendo penetrar bien la mascarilla y aclara con abundante agua. En lo que se refiere a la coloración, los tintes de oxidación o permanentes suelen contener colorantes químicos y amoníaco, que pueden causar escozor o irritaciones; evítalo haciendo uso de tintes naturales o que no incluyan enstas sustancias.
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