25 de enero de 2011

CONSEJO DE BELLEZA 44: UN SPA EN TU CASA

La demanda de centros de relax en la ciudad, conocidos como spa urbanos, ha aumentado considerablemente en los últimos años. Los esteticistas, terapeutas o masajistas que gestionan y trabajan en estos centros, están entrenados para ayudar a relajarnos. Lamentablemente, no siempre encontramos el tiempo necesario para asistir a uno de ellos. Es por eso que te recomendamos formas de spa en tu casa.
- Sesión de aromaterapia: después de un día de estrés en el trabajo, regresa a tu hogar a pasar una noche relajante haciendo lo siguiente. Enciende unas cuantas velas aromáticas. Luego, colócate unas gotas de aceite de romero, de lavanda o de rosa sobre las zonas de los pulsos: las muñecas, las sienes y detrás de las rodillas. Apaga el teléfono, acomódate en tu silla favorita y respira hondo para aclarar la mente de todas las cosas; intenta olvidarte de todo.
- Mini spa: una hora antes de irte a la cama, toma un baño relajante de hierbas con aceites esenciales de ylang-ylang y rosas. Desconecta el teléfono y sumérgete temprano bajo las sábanas. Despierta en la mañana con un sauna facial: coloca a hervir agua, agrega unas cuatro o cinco gotas de aceites esenciales clarificantes, como la enebrina, el petitgrain o la lavanda, acércate al vapor, respira y relájate.
- Recargar energías: prepara un exfoliante de jengibre fresco para recargar energías cuando las fuerzas te fallen. Ralla unos tallos de jengibre fresco y mezcla con igual cantidad de aceite de coco. Calienta en el microondas por un minuto (para que se unan) y cuando esté frio, agrégale un puñado de azúcar morena. Humedece tu cuerpo y frota la mezcla desde el cuello hacia abajo, luego enjuaga bajo la ducha con agua tibia. El jenbibre tiene la propiedad de estimular la piel y el azúcar actúa como exfoliante dejándote el cuerpo suave y revitalizado.
- Ritual para tus pies: los pies trabajan mucho y generalmente no les prestamos atención. Ellos merecen y necesitan un ritual relajante en las noches antes de acostarte. Introduce tus pies en un recipiente con agua caliente, luego suaviza las asperzas con una piedra pómez o una lima especial. Masajéalos con una crema suntuosa para pies, en los arcos, entre los dedos y por arriba del pie. Procura ser generosa con la cantidad de crema que les apliques.

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