19 de septiembre de 2012

LAS ZONAS ERÓGENAS FEMENINAS (III)


La parte interior de los muslos: Piensa en el interior de sus muslos como el pasadizo a sus órganos sexuales. Al masajear la parte interior de sus muslos los labios vaginales se mueven, lo que a su vez estimula su clítoris.
Su excitación aumenta con la expectativa, así que excítala, después aléjate un momento. Utiliza objetos inusuales, como ponerte un guante de piel, o prueba colocar un vibrador entre sus muslos para acelerar su pulso.

Los pies: Los pies y dedos de los pies están llenos de terminaciones nerviosas, lo que los convierte en una de las zonas más sensibles de su cuerpo. Desliza una prenda de seda entre sus dedos y por sus pies.
Vierte miel sobre sus pies de modo que le haga cosquillas entre los dedos, luego lámela moviendo la lengua para arriba, para abajo, y de costado.

La ingle: Con la palma de tu mano presiona toda su zona genital, alterando tu ritmo y presión. Luego imagínate un reloj: Con su clítoris a las 12, coloca tus dedos a las 4 y a las 8, donde se encuentran nódulos nerviosos muy sensibles. Acaríciala con movimientos circulares y lentos.
Gradualmente estimúlala más directamente a ambos lados del clítoris. Luego desliza tu lengua de las 6 a las 12, pasando por encima del clítoris. Luego coloca tus labios alrededor del clítoris y disfrútalo.

El perineo: Todo lo original es excitante. La zona entre el ano y la vagina (el perineo) es normalmente territorio inexplorado, por lo que aventurarse hacia ahí es tan excitante. Además, el perineo está lleno de terminaciones nerviosas, ya que es de la misma piel que los labios vaginales. Aquí puedes acariciarla suavemente de arriba abajo.

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